Sergei Bubka, nació el 4/12 de 1963 en Voroshilovgrad, Donetsk, en la Ucrania soviética, y empezó a los 11 años, realizando una 1º marca de 2,70 metros. Su progresión fue muy rápida gracias a los conocimientos de su entrenador Vitaly Petrov y a los 16 años era capaz de superar los 5 metros. En 1981, clasificó en 7º posición en el Campeonato de Europa Junior, flojo para alguien de la mejor escuela del mundo. En 1983 comienza a interesar a los técnicos. Con 19 años se eleva por encima de 5,72 metros. En el campeonato de la URSS se clasifica 8º, pero Igor Ter-Ovanessian, "enamorado" del ucraniano, lo lleva a la selección que habrá de competir en el primer Campeonato Mundial de Atletismo, a celebrar en el estadio olímpico de Helsinki. Allí salta la sorpresa, porque Sergei vence con 5,70, terminando la prueba a la altura en que, curiosamente, suele comenzar. La victoria en Helsinki fue su salto a la fama, y aunque muchos pensaron que el triunfo de Sergei era flor de un día, el ucraniano demostró año tras año, competición tras competición, que era de los más consistentes campeones de atletismo considerando todas las pruebas. Se mantendría invicto en la alta competición desde ese momento hasta el Europeo de Split, en el que fue derrotado por culpa de una lesión. En 1984 consigue sus 1ºros récords mundiales, la 1º de sus plusmarcas la consiguió en pista cubierta, con 5,81 metros, y luego superó otras 3 veces. Al aire libre su primer ascenso al récord lo consiguió con una marca de 5,85 y luego subió más alto otras 4 veces. Es decir, que Sergei no batió un récord mundial en 1984; sino ¡9! No pudo ser campeón olímpico, por el boicot de los países del bloque comunista, que devolvieron la afrenta de 4 años antes, en Moscú. Sergei tiene todos los títulos y cada uno de ellos. Los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, campeonatos del mundo los ganó todos: Helsinki 1983, Roma 1987, Tokio 1991, Stuttgart 1993, Goteborg 1995 y Atenas 1997. Sigue siendo el vencedor más joven, por aquella primera medalla conseguida en tierras finesas. Campeón europeo en Stuttgart 1986, bajo un diluvio que a punto estuvo de dejarle fuera de combate, porque precisamente comenzó a saltar cuando más caía la lluvia. Sin duda, Sergei Bubka es y será el mejor pertiguista de la historia, pero, también ha sufrido la derrota. En el Europeo de Split, no repuesto de una lesión, tuvo problemas en la calificación: necesitó 3 intentos para sobrepasar los 5,50 metros, primera altura con la que se enfrentó. Luego, en la final, comenzó con sus clásicos 5,70 y también los sobrepasó a la 1º, para caer luego en 10 centímetros más. El vencedor fue Gataullin y Bubka quedó 6º, un puesto detrás de Javier García Chico. Sus derrotas las encontramos en los Juegos Olímpicos. La maldición comenzó en Barcelona 1992 donde 3 nulos lo privaron del podio. En Atlanta 1996 una lesión en su tendón de Aquiles lo dejó sin competir.