"Es uno de los deportes más populares del mundo, con competencias legendarias como la Vuelta de Francia, y un fenómeno comercial que mueve fortunas. En la Argentina cuenta con una larga tradición que ha dado héroes como los hermanos Saavedra y Ernesto Contreras".
Cuando apareció, en el siglo XIX, ese armatoste de 2 ruedas en línea parecía una extravagancia sin futuro, pero las modificaciones que le fueron haciendo lo transformaron en un práctico sistema de transporte. En 1868, el Vélo Club de París organizó la primera carrera (1200 metros) con velocípedos. Llegó primero el inglés James Moore. En 1876, otro británico, un tal Dodds, quiso averiguar qué distancia podía cubrir en 1 hora con ese aparato: hizo 25,5 kilómetros, primer récord extraoficial de la especialidad. El ciclismo se iba para arriba y se fundaron federaciones en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia. En la década de 1890 se creó la primera asociación y empezó la furia del pedaleo. La bicicleta con ruedas de igual tamaño y tracción por cadena en la trasera había terminado de establecer el deporte. Con ese modelo el francés Charles Terrent obtuvo en 1889, el primer campeonato del mundo de los 100 kilómetros. En 1896 se disputaron en Grecia los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna: como ratificación de la importancia que ya había alcanzado, el ciclismo fue uno de los deportes convocados.
Pista y carretera: Casi desde el principio el
ciclismo se practicó en carretera o pista. Entre las distintas fórmulas de las competencias en ruta hay 2 fundamentales: en línea (todos los corredores salen al mismo tiempo y la clasificación se da por orden de llegada) y contrarreloj (las salidas son individuales sobre una misma distancia y gana el de menor tiempo). Pero sin dudas la más populares son las carreras por etapa, que tienen pruebas en línea y contrarreloj, en las que se suman los tiempos de cada ciclista. Los competidores intervienen en equipos, que en un principio representaban los países, pero desde la década de 1950 dejaron de lado la nacionalidad para ser patrocinados por marcas comerciales. De estas características son el de la Vuelta de Francia, la más famosa del mundo (ganada en 1995 por Miguel Indurain) y el Giro de Italia, organizado en 1909 por Armand Cougnet.
Despues aparecieron la Vuelta a España, a Suiza y Bélgica. Por entonces también ya se había
convertido en clásicos pruebas de un día como las de Milán-San Remo (1907), París-Roubaix (1896), Lieja-Bastogne Lieja (1892), Burdeos-París (1891), entre muchas otras.
De las pruebas contrarreloj la más importante es el Gran Premio de las Naciones (se disputa anualmente en París sobre 100 kilómetros, para profesionales) y los campeonatos del mundo contrarreloj por equipos y kilómetro contrarreloj en pista, para aficionados.
Récords y carreras: En los años veinte, en una pista armada en el
Madison Square Garden de New York, empezó a disputarse una prueba inhumana: los ciclistas debían correr 6 días seguidos. Más que contra los adversarios, la lucha era contra el sueño y el agotamiento. Semejante barbaridad fue duramente criticada y los organizadores debieron cambiar las reglas: admitieron equipos de parejas que se iban relevando de acuerdo con el estado de cada uno y la estrategia que querían desarrollar en la competencia. Así nacieron los "Seis días", que se disputan en todo el mundo, incluso en Argentina.
En otra prueba el ciclista corre pegado a un motorista que le abre paso cortando el aire puede alcanzar velocidades de hasta 90 km/h. El español Guillermo Timoner ganó el mundial de la especialidad en 1955, 1959, 1960, 1962, 1964 y 1965. Una obsesión de los ciclistas es el récord de la hora. Hasta 1984, cuando el italiano Francesco Mosser cubrió 50,808 kilómetros en ese lapso, nadie había pasado los 50 kilómetros.
En la Argentina: El ciclismo se hizo popular en nuestro país en los albores del siglo XX. En 1910 se fundó la Federación Ciclista Argentina y 2 años después se corrió el 1º campeonato nacional de Resistencia, que ganó Manuel Fernández. Entre los vencedores de esta prueba figura el mendocino Ernesto Contreras, el "Cóndor de los Andes", de los más extraordinarios ruteros argentinos de todos los tiempos, protagonista fundamental de la prueba el "Cruce de los Andes".
Una lista de ases, que de ninguna manera puede ser completa, incluye a figuras de distintas épocas y especialidades como Antonio Malvassi, Oscar Giacche, Dante Benvenutti, Ángel Castellani, Jorge Batiz, Luis Breppe, Roberto Breppe, Octavio Dazan, Carlos Alberto Vázquez, Jorge Vázquez, Antonio Alexandre, Victorio Visentín, Delmo Delmastro, Duilio Biganzoli, Marcelo Alexandre, Claudio Fabián Ianonne, Eduardo Trillini, José Palma, Juan Carlos Haedo, Juan Esteban y Gabriel Ovidio Curuchet, Erminio Suárez y Jorge Filardi.
En los primeros tiempos se corría en caminos de tierra, a veces intransitables por la lluvia y había que hacer esfuerzos sobrehumanos para llegar. Pruebas de ruta famosas fueron y son las llamadas "doble" de Chivilcoy, Bragado, Junín, Lobos, Pergamino, Cañuelas, Campana, San Vicente, Zárate,
La Pampa, y otras como Rosario-Santa Fe-Buenos Aires, la Buenos Aires-Mar del Plata e incontables carreras más en todo el país, a las que hay que agregar las de velocidad, igual de importantes. El ciclismo argentino no tenía medallas olímpicas (hasta 2008), pero sí 43 (14 de oro) panamericanas, contando las 3 ganadas en la edicion de Mar del Plata 1995: la de plata de Wálter Pérez, en 4000 metros persecución individual, y las de bronce de Jimena Florit en 26,300 kilómetros y de Sandro Miranda en cross country. Los especialistas consideran al mendocino Cosme Saavedra el padre del ciclismo argentino. Apareció en la década de 1920, ganó todo lo que se podía ganar en su tiempo y fundó una dinastía que se prolongó en su hermano menor: Remigio Saavedra. Éste además, de adjudicarse más de 300 victorias en rutas y pistas de todo el mundo, el 13 de noviembre de 1943 cubrió la distancia que va de Buenos Aires a Mendoza (1100 kilómetros), sin etapas, en menos de 18 horas, a un promedio de 61,439 kilómetros y con picos de hasta 90 kilómetros. Logró esta marca fenomenal gracias a la asistencia de un auto midget equipado en la parte de atrás con una pantalla que le quitaba la resistencia de aire y hacía un trabajo de "succión". En ese momento Saavedra tenía 33 años. En 1980, con 70 cumplidos, repitió la hazaña. Sólo necesitó 45 minutos más.
Del celerífero a la bicicleta: Parece que la idea ya se les había ocurrido a los egipcios, quienes dejaron dibujos de máquinas con 2 ruedas unidas por una barra. Los chinos construyeron algo similar con ramas de bambú antes de que Leonardo da Vinci diseñara un velocípedo, bastante parecido al incómodo celerífero del conde francés Méde de Sivrac, que sorprendió a los paseantes parisinos en 1790. Lentamente los mdelos siguientes fueron añadiendo mejoras hasta que en 1880, el inglés Harry Lawson construyó un vehículo con las 2 ruedas de igual tamaño, colocó los pedales a mitad de camino entre ambas y los comunicó con la trasera mediante un sistema de plato-cadena-piñón. Los velocípedos se convirtieron definitivamente en bicicleta hacia 1888, cuando aparecieron los modelos con armazó y ruedas de rayos metálicos. Las bicicletas actuales son de 2 tipos: pisteras y de ruta. Las pisteras pesan entre 5,5 y 7,5 kilogramos, tienen piñón fijo y carecen de frenos; las ruteras pesan de 5,5 a 9,5 kilogramos, poseen hasta 16 velocidades, frenos y manillar aerodinámico con apoya brazos. Las ruedas modernas vienen con aspa, en lugar de rayos, son más ligeras y permiten un pedaleo menos esforzado, aunque tienen el inconveniente de que la rotación agita el aire y la bicicleta toma inercia; las lenticulares son más pesadas pero ofrecen menos resistencia al aire, lo cual posibilita una mayor velocidad. En cuanto a la indumentaria, el ciclista moderno usa casco liviano con visor incorporado, ropa adherente, a veces con guantes incorporados, todo en lycra/nylon o materiales similares y calzado integrado a los pedales mediante un sistema de dientes: algo así como un astronauta comparado con los pioneros del deporte.
La nota completa de la Revista Nueva del domingo 21 de abril de 1996 debajo (hacer click para ampliar las imágenes):