Jutta Kleinschmidt pasará a la historia por haber sido la primera mujer en ganar el durísimo París-Dakar, una prueba mítica considerada "cosa de hombres". Jutta consiguió en la edición del año 2001 la espectacular victoria, que no sorprendió a nadie.
Desde hacía algunos años, esta ingeniero alemana era una de las grandes protagonistas de la prueba y estaba claro que sólo precisaba una oportunidad para conseguir su propósito y entrar en los anales, aunque ella minimizó el hecho de ser la primera mujer en conseguir la victoria: "Lo verdaderamente importante es ganar el Dakar, independientemente del hecho de ser hombre o mujer". A sus 38 años, saboreó por fin el sueño que había acariciado 15 años atrás. Pero debió esperar todavía casi un mes para que fuese del todo cierto. Jean-Louis Schlesser presentó una reclamación contra ella. Al francés, el "rey" de los últimos Dakar, no le gusta perder y menos frente a Jutta, una mujer... especial, que durante años fue su compañera, un golpe demasiado duro para su orgullo. A los 18 años se compró una moto "porque no tenía dinero para comprar un auto" y quedó enganchada por el Dakar cuando decidió seguirlo como turista. En la primera ocasión, la moto la dejó tirada, pero ella no la desanimó, sino que la movió a preparar con más
fuerza la siguiente.
Esta vez, el desierto la atrapó de forma total. Abandonó los descensos en trineo y se dedicó en cuerpo y alma a su nueva pasión. Con una licenciatura en ingeniería física, trabajó en BMW -en el departamento de medida-, aunque cada vez que podía dejaba el trabajo para correr en el desierto. Su pequeño apartamento de 80m2 era un taller, y cada vez que entraba o salía hacia una carrera, debía desmontar parte de la moto, que no pasaba por la puerta. Participaba en todos los rallies de todoterreno posibles, incluso en el Dakar, siempre en moto, si bien pronto se dio cuenta de que las 2 ruedas "son demasiado difíciles para que una mujer se destaque. No se trata sólo de un problema de resistencia física, sino que los hombres que ocupan los mejores
posiciones están todos un poco locos". En 1993, Jean-Louis Schlesser la convenció para correr en auto, primero como su copiloto y después confiándole uno de
sus buggies y se destacó rápidamente, si bien debió esperar a 1997 para ganar una etapa del Dakar.
De Schlesser a Mitsubishi: con el apoyo del importador alemán de Mitsubishi, consiguió tomar parte
en algunas pruebas. La victoria del Dakar, lejos de ser el final de una carrera, es el principio de una nueva vida. El hecho de ser mujer posiblemente le facilitó algunos apoyos, pero el triunfo del Dakar le permitió multiplicarlos. "Son pruebas duras para todos. No me siento especial por nada y creo que se me aprecia en el ambiente por ser buen piloto, no por ser mujer... La mayor dificultad por serlo no estriba en la dureza, sino que en muchas carreras las duchas son precarias, improvisadas y comunes... pero también te acostumbras a esto. Me fascinan los raids porque, a diferencia de los rallies tradicionales, no conoces el recorrido y vas de sorpresa en sorpresa".
Pocas mujeres al "Top nivel": Aunque desde los inicios del automovilismo han existido mujeres que han competido, lo cierto es que muy pocas de ellas han alcanzado el máximo nivel. Sólo Jutta y la francesa Michèle Mouton han conseguido imponerse a los hombres; Kleinschmidt en el Dakar y Mouton en varios rallies del Mundial, llegando a ser subcampeona del mundo. A
ellas se le podría unir la estadounidense Cha Cha Muldowey, que consiguió ganar el Campeonato absoluto de Estados Unidos de "dragsters" (top fuel), las pruebas de aceleración que en este país tienen multitud de adeptos. En Fórmula 1 apenas media docena de mujeres han conseguido competir. A la legendaria María Theresa de Filippis, de los años 50's, se debe unir el nombre de Lella Lombardi, la única que consiguió entrar en los puntos. Divina Galica y Desireé Wilson intentaron competir, sin éxito, al igual que Giovanna Amati. En Indianápolis, Janet Guthrie consiguió calificarse en varias ediciones, pero en el año 2000 sorprendió Sarah Fisher, una jovencita de apenas 19 años en esa época que se midió sin complejos y que parece dotada de las cualidades necesarias para conseguir ganar.
Victoria trabajada: La carrera fue un auténtico duelo entre los autos de Schlesser y Mitsubishi. Los mejores pilotos de la
marca japonesa tuvieron problemas, y Schlesser mandaba hasta que una penalización le hizo entregar el liderato a Josep María Serviá, su compañero. Cuando éste tuvo problemas, fue el inesperado Masuoka quien marcó el ritmo, pero cometió errores y Schlesser supo aprovecharlos para alcanzarle. Las mínimas diferencias a falta de un par de etapas provocaron
una maniobra desesperada: penalizar para salir delante y no perder tiempo a causa del polvo..., y a ser posible cargar al rival con el problema. Aquí se gestó todo: Masuoka rompió la suspensión intentando proteger su liderato, Schlesser y Servià fueron penalizados por conducta antideportiva y Jutta Kleinschmidt estaba allí, junto a ellos, para jugar la última y definitiva baza.
Não conhecia essa brilhante historia, alias lembro vagamente de ouvir na epoca em que ela venceu, por se tratar de uma quebra de barreiras, mas eu nunca duvidei de que as mulheres pudessem vencer qualquer tipo de competições de igual pra igual com os homens, abraço.
Saudações do Gremista Fanático
Una "pionera", al fin se pudo imponer. Felicitaciones a ella.
Ahh, no lo sabía... Muy bien que haya ganado. El ser mujer no debería ser una limitante a la hora de correr un auto o una moto.
Buen post.
Saludos!
no inventes, ¿esa de la foto es mujer?? se parece a uno de los beatles que no recuerdo su nombre.
Una mujer ingeniero ganando un torneo cuyos favoritos son hombres. Eso es muy bueno. Solo esperemos que no pase como el torneo de atletetismo femenil donde resulta que la competidora llamada Semenya (menudo nombre) resultó ser hermafrodita.
@ Gremista: y si, rompió barreras para poder decir que si podía. Y lo logró en 2001.
@ Yagaba: jaja, si, no es como Semenya afortunadamente.
@ Al resto, gracias por comentar. Y no, no es parecida a ninguna de los Beatles por mucho que quieran.
Mucho mérito. Hacerse un hueco en un mundo machista por antonomasia. un abrazo
Eso es lucha y pujanza! Buena cronica amigo, espero pases a visitar, tengo otro cuento, más retorcido si cabe...
Hola Esteban!
Me quedo con "lo verdaderamente importante es ganar el Dakar, independientemente del hecho de ser hombre o mujer".
Cuando estas noticias dejen se serlo habrá llegado la recomendable igualdad.
saludos
sílvia
Al menos, en los 2 últimos Dakar, han competido un puñado de mujeres. En motos, un poco más que en autos, creo que una que se destaca es la holandesa Mirjam Pol. Y en autos, curiosamente, corrió un buggie rosa.
Buena nota eh...se sabe dónde se corre el próximo dakar al final? Creo que nos ibamos a enterar por estos días. Saludos!
@ LG: Fin de mes, a mas tardar, según dijeron. No se, quizá sea que alternen un año África y un año Sudamérica.
Excelente como siempre
Hola Esteban
Grandes datos, ignoraba lo que aquí comentás, para el aplauso la atuación de estas mujeres!
Gracias por pasar por Tele Retro, uno de mis blogs (Somos Todos Técnicos) habla de deportes, estás invitado con tus opiniones cuando quieras. Ya he linkeado tu blog en mi blog de vínculos
Saludos!
Qué bueno que se destaque una mujer en un deporte tan difícil como es el motor
Temeraria la mujer ¿no?
Que peligro de mujer, je, bueno una de varios millones tiene que manejar bien. Saludos.
Si, evidentemente, muy valiente ella.
Una mari-macha (?), gran historia...
Buenos días,
Quisiera disculparme, pero no he encontrado otra manera de contactarte que a través de los comentarios.
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Atentamente,
Natalia