Boris, el espadachín bribón
A lo largo de los Juegos Olímpicos, ladris han estado
siempre (y muchos).
Algunos han participado siendo hombres en competencias de mujeres, otros metiéndose “burundanga” hasta la coronilla y a todos les ira llegando su tiempo, en la medida que “Londres 2012” se aproxime y veamos a Bonadeo todos los días (a lo Droopy) contándonos sobre deportes que ni siquiera sabíamos que existían.
Pero en la lista de tramposos ingeniosos, el turno le corresponde a Boris Onischenko, un oficial ruso que en Múnich ya había logrado una presea plateada y a Montreal iba (como imagino en cada uno de los participantes olímpicos) con deseos de repetir.
Su disciplina, el pentatlón moderno, consta de cinco modalidades: tiro con pistola, natación, salto ecuestre de obstáculos, carrera a pie y esgrima; esta última la que descubrió a Boris como un tramposo.
Onischenko invento un sistema que le daba los aciertos a su favor en el marcador, sistema que también se iluminaba cuando fallaba. Con un cablecito en su espada y un pulsador colocado en su mano, hicieron posible pergeñar la trampa al ser capaz de registrar golpes a voluntad en el tablero.
Los ingleses sospecharon desde un principio de esta situación durante su combate contra Adrián Parker (se ve que le pifiaba feo el ruso).
Cuando el siguiente contrincante del comunista (?) Jim Fox protestó largo y tendido, alegando que Boris parecía que lograba anotar sin golpearlo, los jueces no tuvieron más opción que quitarle la espada. El soviético continuó compitiendo con un arma diferente, pero durante poco tiempo. Minutos después seria descalificado.
Pero su paso por Montreal no seria en vano. A diferencia de otros deportes donde al hacer trampa, no se revee que pueda volver a suceder, en el Pentatlón las reglas cambiaron tras la peripecia rusa, prohibiendo cualquier parte que pudiese ocultar cables o interruptores.
Algunos han participado siendo hombres en competencias de mujeres, otros metiéndose “burundanga” hasta la coronilla y a todos les ira llegando su tiempo, en la medida que “Londres 2012” se aproxime y veamos a Bonadeo todos los días (a lo Droopy) contándonos sobre deportes que ni siquiera sabíamos que existían.
Pero en la lista de tramposos ingeniosos, el turno le corresponde a Boris Onischenko, un oficial ruso que en Múnich ya había logrado una presea plateada y a Montreal iba (como imagino en cada uno de los participantes olímpicos) con deseos de repetir.
Su disciplina, el pentatlón moderno, consta de cinco modalidades: tiro con pistola, natación, salto ecuestre de obstáculos, carrera a pie y esgrima; esta última la que descubrió a Boris como un tramposo.
Onischenko invento un sistema que le daba los aciertos a su favor en el marcador, sistema que también se iluminaba cuando fallaba. Con un cablecito en su espada y un pulsador colocado en su mano, hicieron posible pergeñar la trampa al ser capaz de registrar golpes a voluntad en el tablero.
Los ingleses sospecharon desde un principio de esta situación durante su combate contra Adrián Parker (se ve que le pifiaba feo el ruso).
Cuando el siguiente contrincante del comunista (?) Jim Fox protestó largo y tendido, alegando que Boris parecía que lograba anotar sin golpearlo, los jueces no tuvieron más opción que quitarle la espada. El soviético continuó compitiendo con un arma diferente, pero durante poco tiempo. Minutos después seria descalificado.
Pero su paso por Montreal no seria en vano. A diferencia de otros deportes donde al hacer trampa, no se revee que pueda volver a suceder, en el Pentatlón las reglas cambiaron tras la peripecia rusa, prohibiendo cualquier parte que pudiese ocultar cables o interruptores.
fueron cambiadas tras este incidente, prohibiendo cualquier parte que pudiese ocultar cables o interruptores.
Artículo original de: http://unabrevehistoria.blogspot.com.ar/2008/08/tramposos-olmpicos.html
Artículo original de: http://unabrevehistoria.blogspot.com.ar/2008/08/tramposos-olmpicos.html
Jajajaja LAAAAAAAADRI este soviético maal. Gran post!