Lesiones deportivas: Sudor y lágrimas

"Encontronazos fortuitos durante un partido o años de repetir malas posiciones pueden provocar serios daños. Algunas dolencias son comunes a todas las prácticas, pero otras son características de cada especialidad".


En el equipo de Boca Juniors de 1954, la sensación era José Borello, a quien le auguraban un largo futuro de crack. Sin embargo sólo duró 2 años más: sus meniscos lesionados lo obligaron a operarse 2 veces y aún así, no pudo volver a jugar. En 1983, durante un partido entre Barcelona y Athletic Bilbao, el vasco Andonis Goicoechea -apodado "la bestia negra"- descargó su furia contra Diego Maradona: el patadón le fracturó el maléolo y arrancó los ligamentos laterales del tobillo izquierdo.
En otras palabras, le pulverizó el tobillo. Maradona fue operado y después de unos meses, volvió a la cancha. Muchas de sus más recordadas jugadas fueron posteriores, como las del Mundial de 1986, en México.
En cambio, otro de los mejores jugadores de los últimos tiempos, el holandés Marco Van Basten, quedó fuera de carrera a los 31 años por su tobillo derecho. Después de 2 años de cirugías y tratamientos, en agosto de 1995 anunció su retiro.
Los problemas de meniscos -igual que ciertas fracturas, como el caso de Maradona- ya no significan el certificado de defunción para la carrera de un deportista (aunque entre 15 y 20 % de los jugadores debieron ir al quirófano por su causa). Son los más conocidos, pero no los únicos. Los deportes en general pueden provocar lesiones tan características que una rama de la medicina se dedica especialmente a ellas: la deportología.
Esas piernitas: Aunque hay lesiones propias de un determinado deporte, la mayoría es común a todos. El codo de tenista -una inflamación articular-, por ejemplo, puede aparecer también en quienes se dedican al golf, volleyball, tenis de mesa o judo, y aún en quienes caminan con bastón.
Se origina por la repetición sistemática de gestos realizada en una mala posición. Un atleta está menos expuesto a fracturas o heridas cortantes que un jugador de fútbol o de rugby, pero no es poco el riesgo de sus miembros inferiores, zona peligrosa en casi todos los deportes.
La rodilla es el cuco de los futbolistas: porque suele quedar afectada en un giro brusco o en un enganche. Su resistencia es menor que la del tobillo o la cadera y su recuperación más difícil. En ella se articulan los huesos de la pierna y la antepierna (fémur, tibia y peroné), y el contacto es amortiguado por unos colchoncitos de cartílago (los meniscos, uno anterior y otro posterior) que facilitan el movimiento y son mantenidos en su lugar por un sistema de ligamentos.
La estabilidad de la rodilla depende más de la resistencia de los ligamentos que de la forma de los huesos. Admite movimientos de extensión y de flexión: los que apliquen fuerza en otro sentido -giros, ciertas caídas- pueden dañar los meniscos o romper uno o más ligamentos.
Una ruptura de meniscos se arregla en el quirófano y el paciente puede volver a jugar a los 30 días. Pero cuando el problema es de ligamentos, el panorama se complica. Algunos casos requieren cirugía y otros no, pero siempre el período de recuperación se cuenta por meses.
Las lesiones menores también traen problemas. Un pellizco de meniscos no es otra cosa que la inflamación de la zona que los rodea. Demanda reposo, antiinflamatorios, y a veces infiltraciones.
Pero no todos los deportistas se tratan como corresponde. "Por presiones del club, de los auspiciantes o de sí mismos -opina el deportólogo Raúl González-, muchos jugadores vuelven a la cancha sin haberse recuperado totalmente. Esto puede derivar en que la lesión se haga crónica".
"Las lesiones más comunes en el fútbol -enumera el Dr. González- son las tendinosas y rodilas. Las luxaciones y las torceduras son habituales. Les siguen las musculares, que se deben a la falta de entrenamiento.
Transpirar la camiseta: Precisamente, la falta o el exceso de entrenamiento suelen ser causa de los problemas musculares.La falta puede derivar en desgarros (distensiones) y el exceso en contracturas. Todos los deportistas comparten este problema.
El desgarro -una separación o ruptura de las fibrillas musculares- se produce generalmente por recibir un golpe o por distender o contraer bruscamente un músculo. En esto influyen el mal entrenamiento, la mala circulación local -jugar sin haber hecho precalentamiento- y la fatiga muscular. Con tratamiento, en unas pocas semanas se puede volver a jugar, pero sin la atención adecuada las distensiones pueden convertirse en crónicas.
Los tobillos están siempre expuestos en el fútbol: los esguinces son más frecuentes que los problemas de meniscos. Como en otros casos, si no son bien tratados pueden cronificarse. Desde luego, choques y caídas pueden provocar lesiones y fracturas del más variado tipo.
Rudos Caballeros: En el Mundial de rugby en Sudáfrica en 1995, el wing de Costa de Marfil, Max Brito, quedó cuadripléjico (paralizado de piernas y brazos) porque se le aplastaron 2 vértebras cuando le cayeron encima 2 rivales y un compañero.
Las lesiones a las que exponen los futbolistas no se limitan a las extremidades inferiores, pero en los rugbyers el riesgo es general. "Las más comunes -enumera Enrique Zarolli, médico oficial de Alumni- son el traumatismo de cráneo y de rodilla y también los del hombro, como luxaciones y fracturas de clavícula. Es un deporte de contacto, muy duro: desgarros y contracturas son cosas de todos los días, pero también pueden producirse lesiones graves, como golpes en las vértebras del cuello y cuadriplejías".
"Desde hace varios años se está jugando más fuerte -opina Guillermo Botto, quien fue médico de los Pumitas durante los años 1992 y 1993-. Los traumatismos y las heridas cortantes son propios del rugby, pero aumentan porque siempre hay jugadores que no respetan las reglas".
Zarolli y Botto coinciden en que muchas lesiones de los rugbyers criollos se produen por no entrenarse debidamente. "Sin embargo -reconoce Botto- en las provincias hay varios clubes que no sólo le dan importancia al entrenamiento, sino que cuentan con un eficaz equipo de nutricionistas y deportólogos.
Fuera de combate: Un espectáculo de boxeo puede ser apasionante. Pero cada una de esas trompadas que ponen fuera de combate al rival y hacen rugir de emoción a los aficionados también mata miles de células del cerebro. Los movimientos bruscos que efectúa la cabeza cuando sufre un golpe obligan al cerebro a girar dentro del cráneo, retorciendo y estirando las conexiones con la médula espinal. El impacto incluso, puede hacer que la mayoría de las neuronas deje de trabajar y provoquen una pérdida del conocimiento. Si la piña es lo suficientemente fuerte llega a romper las fibras nerviosas de la base del cerebro.
Más de un boxeador murió después de un knockout, generalmente por una hemorragia cerebral. Pero aunque no se llegue a tal extremo, la reiteración de golpes -no necesariamente fuertes- suelen causar leves formas de demencia. Como mínimo, los boxeadores se vuelven irritables, tienen menos poder de concentración y su memoria queda afectada.
A los saltos: La altura de los jugadores de basketball y volleyball los hace propensos a sufrir de las articulaciones. La lesión más común en las rodillas es la llamada "jumpknee", producto del movimiento excesivo: los saltos producen altos niveles de impacto (que también pueden llegar a pulverizar los huesecitos de los pies). Suelen padecer de esguinces y lesiones en el hombro: éstas son en su mayoría musculares porque el hueso está encapsulado y rodeado de un líquido protector llamado sinovial, lo que le permite un movimiento muy amplio. Por último, los jugadores de basketball suelen ver afectados por los golpes los dedos de sus manos.
Quienes practican atletismo no se salvan de las generales de la ley. Un velocista, por ejemplo, no sólo corre el riesgo de lastimarse las piernas: algunos movimientos bruscos pueden derivar en las lesiones de torso.
"En velocidad -explica Walter Mira, traumatólogo del CeNARD- las lesiones más frecuentes son las tendinosas, debido a la superficie de las pistas y al rebote constante, que afecta las articulaciones. Los fondistas, en cambio, tienen más problemas en los músculos tibiales que en otros porque la actividad prolongada recarga esa zona".
Según Mira, también son comunes las lesiones en la región lumbar, a causa del complemento de pesas, usual como ejercició en la mayoría de las disciplinas. "No siempre se es lo suficientemente responsable como para dedicar tiempo y cuidados al cuerpo -opina-, y de eso derivan las consecuencias. Una elongación inadecuada puede traer problemas bastante bravos a un competidor de alto nivel. En Argentina hay muchos atletas, pero si los comparamos con los de otros lugares del mundo, no son tantos los que se preparan seriamente y siguen un programa de entrenamiento adecuado."
Si la falta de entrenamiento es malo, el exceso puede ser peor. Hace algún tiempo, durante una reunión médica en Francia, el reumatólogo Yves Chaouat advirtió acerca de los riesgos del sobreentrenamiento. "Esto produce -explicó- series de microtraumatismos, repetidas a raíz de la práctica constante, que provocan graves alteraciones en las articulaciones y favorecen la aparicion de reumatismos.
Para Chaouat, la repetición sistemática de ciertas posturas puede dar origen a lesiones en hombros, codos, muñecas o dedos: la que afecta el pulgar es frecuente entre esquiadores y jinetes; tiene su paralelo con la de todos los dedos que sufren los boxeadores; en la de muñeca, propia de los ciclistas y arqueros de fútbol, y en la del codo que padece tenistas, judokas y golfistas.
Lo mismo ocurre de la cintura para abajo: el empleo excesivo de una articulación normal, en deportes de alta competición, puede dar paso a lesiones como las de cadera que padecen judokas y futbolistas o las de rodillas que suelen soportar esquiadores, rugbyers y paracaidistas.
Las lesiones no se evitan solamente con "juego limpio". Los especialistas coinciden en que un entrenamiento adecuado es la mejor manera de prevenirlas. Contra esto atentan la alta competitividad (cuando da lugar a brusquedades) y la presión de algunos dirigentes. En el caso de atletas adolescentes, el acoso proviene a veces de los padres, que quieren tener un campeón en casa a cualquier precio. La deportología adquiere entonces importancia preventiva. "Los médicos debemos advertir a los entrenadores -reclamó Chaouat- para que hagan un serio esfuerzo y enseñen el correcto empleo de las articulaciones y músculos, aunque eso disminuya la eficiencia de sus discípulos".

Haciendo click en las imágenes de abajo, se ampliará la nota de la revista Nueva del domingo 10 de marzo de 1996.

Flavio Pedemonti

Comenzó jugando en las inferiores del club Comunicaciones, pero rápidamente fue expulsado tras intentar practicarle un enema de carne al técnico de la primera división cuando este lo tildó de "pecho frío". En muy poco tiempo cayó en el club Atlanta de Villa Crespo, donde marcó 20 goles en 12 partidos y fue vendido al club Logroñés de el ascenso español. Jugando para el Logroñés logró un récord insólito para el fútbol español: fue idolatrado sin ser un madridista metrosexual de derechas (también llamados "merengues fachos franquistas aputasados", un vasco separatista, un catalán separatista o un gallego de mierda separatista. Según ciertos estudios, la llegada de Pedemonti al Logroñés coincide con un estallido nunca antes visto en la tasa de natalidad de la región.
El Éxito: En un partido memorable, en su segunda temporada en el club, Flavio "Trípode" Pedemonti le marcó un gol con su chino tuerto con polera al Sporting de Gijón, haciendo ganar la "Copa Unicéjala" (torneo que hace alusión a la condición de monocéjalos de los españoles).
Conocido en todo el mundo gracias a sus impresionantes facultades fálicas futbolísticas, Pedemonti fue vendido por tres gazillones de pesetas al Valladolid donde conoció las mieles del éxito. Allí forjó una amistad fraternal con el pseudoitaliano Bruno Di Gradi, con el que compartió salidas, trolas y una amistad fraternal. Ganó el "Balón de Oro", la "Condorito de Oro" y la "Paturuzú de Oro". Fue Pichichi en 3 temporadas consecutivas. El mundo se rendía a los pies del ídolo argento, pero ya era un secreto a voces su adicción a las drogas y la noche... Solo llegó a jugar un partido con la selección argentina, ya que terminó gritándole "viejo putañero de mierda" al Coco Basile, y años después declaró que Daniel Alberto Passarella era un "careta, cheto, puto y además, puto".
La decadencia: En el año 1997 muere su padre, Giacinto Nino Pedemonti, de un edema de pija, y Flavio entra en una depresión existencial sin parangón. Decide entonces mudarse al equipo "Cantimpalo FC" del Calcio itlaliano, para jugar junto a su amigo Bruno di Gradi, dirigidos por el aclamado técnico Elio Aprile. Allí terminó de caer en la noche, la farra, la joda, la droga y las prostitutas. "Empecé a darle a la merluza en el año 95 cuando jugaba para el Logroñés. En aquel entonces, los gallegos me la traian en pala. Y las trolas eran medio peludas, pero yo estaba tan puesto que chupaba un huevo"!!!. Debió irse de Italia envuelto en un grave caso de narcotráfico y pedofilia, peleado con Di Gradi, de quien dijo "debutó con un bambino!!!". Recaló en Douglas Haig de Pergamino, otra vez en su natal Argentina, pero allí siguió frecuentando las malas compañías. Filmó varias publicidades de la Cerveza Esnaider (propiedad del ex jugador marplatense del Real Mandril y la Juventus de Badalona), grabó un tema con el grupo de Blues "La Missisipi", e incluso fue declarado ídolo por jugadores de la talla de Pablito Aimar, El Rifle Pandolfi y Eber Ludueña. El último año lo jugó en Atlas, donde participó en el reality "La otra pasión", pero terminó siendo despedido tras hacerle fumar la pipa de carne a la esposa de Fernando Miembro.
Pedemonti Hoy: A pesar de sus adicciones, Pedemonti sigue luchando. Sigue queriendo escapar del destino de los desangelados como Garrincha o Roberto Zedinho. Esos grandes jugadores de fútbol que vieron truncada su carrera por diversos motivos. Amparado en su genialidad, Pedemonti quiere salir adelante. Sus goles, su tabique de platino y su zurda mágica nos dan muestras de una belleza extraña. Tal vez algún día, Pedemonti pueda enseñarnos el camino de salida. Tal vez, algún día, le meta un caño a la miseria humana y un gol de taco al destino. Pedemonti, el ídolo que no fue.


“Nunca imaginé que a los 70 años iba a ser tan famoso” (dice Grispino, el actor que personfica a Pedemonti).
Con cuatro temporadas en Todo X 2 pesos y más de 100 programas grabados, este jubilado que reside en Saavedra fue uno de los puntales del ciclo creado por Diego Capusotto y Fabio Alberti. Allí interpreta a Flavio Pedemonti, futbolista de pasado glorioso y presente disipado por culpa de las mujeres, las drogas y el alcohol:
-¿Cómo llegó a la televisión?

-Me presenté para trabajar de extra en la película Gatica de Favio, para agregar unos pesos a mi jubilación y vivir mejor. Tomé contacto con una productora que empezó a darme más trabajos, y me quedé en esto. Fui extra con Gasalla, Darín, Luppi y Solá. Hice de rabino cuando casé a Julián Weich y Marisa Mondino en La banda del Golden Rocket. Hasta que me llamaron de Todo por dos pesos, cuando en Canal 9 se hicieron 16 programas. Después vinimos al Canal 7, donde me consolidé haciendo el personaje de Pedemonti, que gusta mucho.
-Y a usted, ¿le gusta Pedemonti?
-Diría que sí, aunque me gustaría actuar un poco más. Creo que es bueno, porque llega a la gente, como cuando hago de Dr. Diango o Litta de Lázzari.
-¿Le gustaba fabricar bombillas?
-Trabajé 44 años en una metalúrgica fabricando bombillas porque tenía que hacer algo para llevar unos pesos a casa. Empecé a los 14 años y estuve hasta los 58, para jubilarme con 232 pesos por mes. Con esa plata puedo alquilar una pieza en un departamento grande, con cable y todos los servicios, por lo que pago 200 pesos. Y ahora cuento con la entrada de Todo por dos pesos -cobra 140 pesos cada vez que interpreta a Dr. Diango y 190 cuando le toca hacer de Pedemonti-, con lo que , sin lugar a dudas, me puedo manejar un poco mejor.
-Antes vivía con 32 pesos al mes y ahora gana casi 1.400; ¿qué hace con la plata que le sobra?
-Estoy ahorrando, por las dudas. Cuando termine el ciclo voy a tener que empezar a sacar plata para vivir, y comprarme una casita o un departamento de un ambiente. Pero aún es algo que está lejos.
-¿Cómo le va con las presentaciones que hace en fiestas particulares?
-Me llaman para hacer de Pedemonti en casamientos y cumpleaños. Me han pagado, por una sola noche, 400 pesos. En otra fiesta me dieron 100 pesos, y en otra 60 pesos. Siempre agarro lo que venga, porque no pido nada.
-¿Por qué cree que sus personajes son graciosos?
-No lo puedo explicar. Muchos me paran y me agradecen que los haga reír, y no entiendo nada. Supongo que será por mi apariencia y por las cosas que dice Pedemonti, que están en los libretos. A veces hago reír diciendo cosas que ni sé lo que quieren decir.
-¿Repite por la calle los piropos subidos de tono que le dice al personaje Sushi?
-A veces digo algún piropo formal, como por ejemplo “qué habrá pasado en el cielo para que los ángeles estén en la tierra”. Yo le digo piropos a las chicas más jovencitas, y algunas se ríen.
-¿Aprovecha la fama de Pedemonti para acercarse a las mujeres?
-Todas me reconocen. Entonces, cuando les digo algo no se enojan y me contestan bien. Esa es una ventaja, pero no la utilizo. Igual ahora no estoy buscando mujeres, porque estoy medio retirado.
-¿Tiene miedo que se le termine la racha de Pedemonti?
-No. Espero tener salud. Tuve problemas de salud. Es lo único que vale la pena cuidar. Desde luego que a mí, me preocupa más tener salud que trabajo.


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Miguel Durier: Primer "frontman" colombiano de la historia

Por Andres Ospina*
Semblanza al primer hombre-espectáculo del rock hecho en Colombia, quien en la noche del viernes sufrió un repentino infarto cerebral.
Aún Miguel Durier no ha cumplido 60. Las palabras anciano o adolescente le resultan, en consecuencia, insuficientes. Es por ello que verterlo sin cuidado dentro de algún molde generacional parece confuso, inoficioso y por demás difícil.
Con todo y eso su figura desprevenida y juvenil a la que de seguido vemos desfilar por las calles de La Candelaria, El Lago o Chapinero, y por casi todos los bares en donde se oiga y se haga rock en Bogotá, es tal vez el mejor símbolo local de la vitalidad eterna hecha hombre.
Su pelo -entre gris, blanco y plateado- no alcanza a opacar el brillo de sus ojos, que a la fecha parecen contener un alma infantil, ingenua, traviesa y perpleja, incluso después de tantas historias, de tantos desmanes, de tantos, tantos años.
Hace algo más de 42, y sin haber cumplido 18, el éxito alcanzado por el precoz Durier con Los Pelos –grupo amateur del que no quedó registro grabado-, le mereció una invitación a formar parte de una de las primeras formaciones de Los Flippers, pilar en ese castillo abandonado que es la incompleta y fragmentaria historia de nuestro rock and roll.
Hace algo menos de 40, y con un centenar de compromisos pendientes dejó a su banda por irse tras la aventura junto a Los Cuatro Crickets de México, en lo que se convertiría en la primera de una larga y maravillosa lista de irresponsabilidades, de aquellas que no pueden faltar entre quienes saben de sobra que destilan talento.
El combustible le alcanzó para hacer de una bodega en Manhattan su hogar, y para radicarse por cuatro lustros en Estados Unidos. Ahí estuvo tocando junto a Mitch Mitchell y Jack Bruce y trabó buena amistad con Andrew Loog Oldham. Incluso grabó un par de canciones para el fallido sello Tenaz, de la CBS colombiana, una antesala de la que nadie se acuerda a aquel 1988 cargado de rock en nuestro idioma. Luego regresó.
A quienes le hemos conocido de cerca o de lejos, a lo largo de por lo menos cuatro décadas dedicadas a la música, nos ha ofrendado noches gratuitas sobrecargadas de energía, de acrobacias en escena que van desde lo frenético hasta lo cómico, rozando aquella espectacularidad de la que sólo son capaces quienes han sido bendecidos por el don inexplicable del carisma; de quienes como él vinieron al mundo para ser frontmen, por encima de cualquier otra cosa.
Unos meses atrás, en una conmovedora congregación de veteranos del rock local, lo vimos cantar y tocar junto a sus amigos y compañeros de una banda a la que no podría caberle nombre distinto al de La Leyenda. Antes de comenzar su recital Miguel aclaró, burlesco, que aunque estaban “viejos y arrugados” aún sabían rockear. Y para no dejar dudas esa noche parte de su garganta, de su hígado y de su corazón salpicaron a un auditorio sorprendido y alegre.
El viernes, en el Palacio de los Deportes, hizo lo mismo. Aun en medio de las mismas fallas de desorganización, amplificación, producción, logística e infraestructura, de las que debió haber sido víctima al inicio de su carrera.
Como uno de los invitados de honor a la celebración del cumpleaños número 60 de su amigo Arturo Astudillo, con nada más que una guitarra como arsenal improvisó un par de canciones. Sonrío mientras firmaba discos, fotografías y recuerdos, propiedad de algunos de los entusiastas asistentes a esa lección magistral de rock nacional. Paseó su humanidad cincuentona, espigada, ágil y avasalladora por todos los flancos del escenario e hizo bailar sin tregua a los miles de privilegiados presentes. Aunque la costumbre era la de verle sonriendo estaba más feliz que siempre.
No alcanzaba a reponerse aún del propio éxito en la jornada, ni a prepararse para la que habría de venir en el Teatro Ástor Plaza junto a Fabio Gómez, al día siguiente, cuando un infarto cerebral lo desconectó del mundo, unas horas después de terminado el espectáculo, enviándolo sin mayor consideración desde el sábado a la Clínica Simón Bolívar, en donde ahora está después de haber sido operado, a la espera de un milagro.
Quienes hemos disfrutado del estrépito conmovedor del Route 66 en su voz, de sus mejores momentos con Los Flippers, o de sus piruetas rollingstonianas en escena, seguimos rogando a los dioses del rock que nos ven desde su propio cielo para que en sesión solemne decidan permitirle quedarse con nosotros, tan activo, escandaloso y peculiar como siempre ha sido, al menos por unos 40 años más. Todavía hay quienes creemos en la magia.
Aquí... un testimonio acerca de los inicios de Miguel Durier en la música y de sus días en Nueva York, grabado para el programa La Silla Eléctrica en 2005...

Aquí... interpretación, junto al gran Ernie Becerra del Lucky Man, de Emerson Lake and Palmer, registro filmado por Andrés Wolf, en medio de un recital acústico, en 2007.

PD: Un 24 de Agosto de 2008, en las primeras horas de ese dia, moría el primer Rockstar de Colombia, debido a un derrame cerebral producto de una hipertensión de origen hereditario. Sigueindo este link, se reseña su deceso.


*Autor de El Blogotazo, blog del diario El Tiempo de Colombia.

Revista Goles

Apareció por primera vez un martes 18 de mayo del año 1948, publicada por la Editorial Julio Korn y dirigida por Enzo Ardigó. A lo largo de su existencia, su edición paso a manos de distintas editoriales, como la Fabril Financiera. La publicación tuvo su época de esplendor cuando era dirigida por el recordado Horacio García Blanco, a principios de la década de 1970.
Cuando la Junta Militar estaba en su apogeo, la Revista Goles tenía entre los periodistas mas jugados a Ezequiel Fernández Moores (hoy en el diario La Nación) y Carlos Ares, quienes realizaron notas que incomodaron a los militares, como al Almirante Carlos Alberto Lacoste.
Pero solapadamente, fue intervenida, osea, el Gobierno Militar provoca su venta a otra empresa, desapareciendo la Editorial Julio Korn, y quedando en manos de Daniel Galoto (quién después trabajó en El Gráfico y otras publicaciones), pasando a ser esta revista en un medio oficialista afín.
Pasado el Mundial de fútbol de España 1982, "Goles" se convirtió en una publicación mensual pero desapareció a comienzos del año 1983.
10 años después, en 1993, Editorial Abril compró la marca y fue relanzada por Goles Editora S.A. entre 1993 y 1995, bajo la dirección de Cesar Volco. Su frecuencia era semanal y abarcaba mayoritariamente al futbol sin descuidar lo mas notable del resto de los deportes.
Gran competidora de la revista "El Gráfico" (principalmente en la década de 1960 y 1970). Tuvo “la Goles” como le decían en el ambiente periodístico varias denominaciones (producto de los continuos pases editoriales) Goles, "Goles deporte ilustrado", "Goles Match", entre otros.
A principios del 2000 y con el advenimiento del nuevo milenio, se había insinuado la reaparición de Goles, esta vez ya como lo que sería una especie de diario deportivo, para competir ante el Diario Olé, bajo el auspicio de Torneos y Competencias (la conocida TyC), que también ya había comprado la marca El Gráfico, pero todo esto quedó en la nada.
Lo que no se sabe si es verdad o no, pero se creería que Televisa Argentina S.A. compró la marca y posee todos los archivos de la Revista, pero es solo una especulación.


Gentileza: Joaquín de Vamo' el Arse.

Mastercard - Publicidad Mundial Sub-20 Argentina 2001

Originalmente creada por el United Bank of California en 1966, Mastercard, la tarjeta de crédito que estuvo patrocinando varios mundiales de la FIFA hasta 2007, no se podía quedar afuera del Mundial Sub-20 organizado por Argentina en 2001 (a la postre, ganado por la albiceleste). Por ello, así publicitaba los beneficios de ser abonado de la tarjeta, como descuentos del 10% en restaurantes de la Capital Federal, Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Salta y Mendoza, las 6 subsedes del Mundial. Por si no fuera poco, en la contracara y la penúltima cara, estaba el fixture completo (incluída ronda clasificatoria y del otro lado las siguientes fases) para no perderse ninguno de los partidos y anotar los resultados de cada uno. Como se aprecia, las "mascotas" eran 2 pelotas de fútbol con los colores tradicionales de la empresa, el rojo y el amarillo.
Éste folleto, especialmente, acompañó la edición del domingo 17 de junio de 2001 de la Revista Nueva.


Fitxure de la primera ronda:

Fixture 8vos. de final, 4tos. de final, semifinales, tercer puesto y final:

El Ballet Azul: Parte 4

Debido a que hay más cantidad de equipos que visten de azul, debemos sacar otro post. La mayoría de ellos se encuentran en Inglaterra y pertenecen a diversas divisiones de ascenso.

Inglaterra
Bardon Hill Sports F.C.


Inglaterra
Barking F.C.


Inglaterra
Barton Rovers F.C.


Inglaterra
Bedfont Green


Inglaterra
Bedford Town F.C.


Inglaterra
Billericay Town F.C.


Inglaterra
Billingham Town F.C.


Inglaterra
Bishop's Stortford F.C.

Inglaterra
Bottesford Town F.C.


Inglaterra
Bridgnorth Town F.C.


Inglaterra
Brodsworth Welfare F.C.


Inglaterra
Buxton F.C.


Peru
IMI Fútbol Club


Inglaterra
Kirby Muxloe S.C.


Inglaterra
Newcastle Benfield F.C.


Inglaterra
Newcastle Town F.C.


Inglaterra
Northfield Town Football Club


Inglaterra
Okehampton Argyle F.C.

Inglaterra
Oldham Town F.C.

Inglaterra
Ottery St Mary A.F.C.


Inglaterra
Padiham F.C.


Inglaterra
Penrith F.C.

Inglaterra
Pickering Town F.C.

Inglaterra
Slimbridge F.C.


Inglaterra
Spalding United F.C.


Perú
Sport Huamanga


Inglaterra
Sporting Bengal United F.C.


Inglaterra
Staines Lammas FC


Inglaterra
Stalybridge Celtic F.C.


Inglaterra
Stansted F.C.


Inglaterra
Sutton Coldfield Town F.C.


Inglaterra
Swindon Supermarine F.C.


Inglaterra
Thornaby F.C.


Inglaterra
Tonbridge Angels F.C.


Inglaterra
Wealdstone F.C.


Inglaterra
Wingate and Finchley F.C.


Inglaterra
Winsford United F.C.


Inglaterra
Winterton Rangers F.C.


Inglaterra
Wootton Bassett Town Football Club

Uganda
Villa Sports Club

Panamá
Árabe Unido

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