Para la temporada del centenario del tour de France en 2003, luego de la imposibilidad económica y las penalizaciones laborales de la UCI hacia el grupo Costa por no pagar salarios, el fabricante italiano Bianchi aparecía formalmente como socio inmediato y nominal al hacerse con el cupo que dejaba el consorcio alemán, eso sí con Ullrich a la cabeza en compañía de sus fieles coequiperos de alma gregaria y sumisa, naturalmente.

La presencia totalitaria del constructor italiano (absorbido por la sueca Cyclegroup, monopolio de fabricación de ciclas de carbono en poder de la casita Grimaldi) significaba hacerse con los colores titulares de la compañía: un verde petronas de muy difícil consecución cromática para estampar en lycra por todos los fabricantes de ropa. Por esto fue que se hizo bastante difícil la distribución en escala de este uniforme, siendo muy escasos los ejemplares que se pudieron conseguir entre aficionados, logrando que su precio de obtención aumentara así como su valor de colección. Para los espectadores, quedan estos registros fotográficos del uniforme Bianchi que vió llegar a Ullrich subcampeón en champs elysées -como no podía ser de otra forma-.

Mientras tanto la marca Bianchi, con el paso de los años vió relegadas sus acciones al mero rol del patrocinio y la asistencia técnica de materiales, por lo que hoy en día tan solo se alcanza a percibir el logo en negro de la companía en rededor del tradicional azul del equipo Liquigas, a modo de asocio.