En un día 1 de julio, pero en 2004 (hace 5 años), un equipo colombiano haría historia nuevamente en el plano internacional después de mucho tiempo. Ese equipo se llama el Once Caldas de Manizales (hace poco nuevo campeón de Colombia), en el cual les comentaré como fue su camino en la Copa Libertadores de aquel año. Previamente este equipo había sido campeón de Colombia en el 2003 después de vencer en la final a Junior de Barranquilla con un 0-0 en la ida en la casa de Junior y un 1-0 en el Palogrande de Manizales. A partir de ahí se ganó el derecho de participar en la Copa Libertadores del año siguiente donde disputaría el grupo 2 con Fénix de Uruguay, Unión Atlético Maracaibo de Venezuela y Vélez Sársfield de Argentina. El 19 de febrero se comenzaría la Copa en Manizales frente Fénix, donde lo paseó por 3-0 con 2 goles del talentoso Arnulfo Valentierra y uno de Jefrey Díaz. En la segunda fecha, los muchachos de Manizales se enfrentaron con Unión Atlético Maracaibo en Venezuela y ganaron por 1-2 con goles de los argentinos Jonathan Fabbro y Sergio Galván (nacionalizado colombiano). El siguiente partido también seria de visitante, más precisamente en el estadio José Amalfitani frente al local Vélez, donde el equipo colombiano cayó por 2-0, que a la postre sería la única derrota que sufriría el Caldas en esta edición de la Libertadores. La revancha en Manizales fue una clara victoria local por 2-0, goles marcados por Sergio Galván Rey. El 9 de abril, el equipo caldense sellaría su clasificación al derrotar por 2-1 al conjunto de Maracaibo en el Palogrande, para cerrar el grupo con un empate a 2 goles con el Fénix uruguayo en el Centenario, con 2 tantos del argentino Jonathan Fabbro.

Caldas se llevó el primer puesto del grupo con mucho brillo, y se midió en octavos de final con Barcelona de Guayaquil, donde empataron 0-0 y un agónico 1-1, en Guayaquil y Manizales respectivamente. Caldas ganó en los penales 4-2 y pasó a siguiente ronda. En cuartos de final se enfrentaba al poderoso y siempre histórico Santos de Brasil, con Robinho y todo su combo. Igual que en el último partido, fue un cotejo demasiado cerrado y agónico, ya que Santos empezó ganando el partido faltando 7 minutos para el final, pero Caldas sacó toda su casta al final y logró empatarlo faltando 120 segundos, con gol de Valentierra. En el partido de vuelta en Manizales, Caldas tenía dificultades para romper la defensa brasileña, pero una vez más contó con su arma secreta, la pegada de Arnulfo Valentierra, que con pierna zurda en un tiro libre sobre la derecha de más de 30 mts, colocó el balón en el ángulo superior derecho en un golazo espectacular, dándole la victoria por 1-0 e instalándose en la semifinal. El próximo rival volvería a ser un histórico brasileño, Sao Paulo. Con un Morumbí lleno, los muchachos dirigidos por Luis Fernando Montoya consiguieron un empate de oro (0-0) y una gran opción para vencer en la serie. El Once comenzaría ganando el partido de vuelta con gol de Herly Alcazar a los 27 minutos, pero la celebración apenas duraría 5 minutos, ya que Danilo le dio el empate a Sao Paulo. Cuando todo se pensaba que el partido se iría a los penales, Jorge Agudelo llegó como un ángel caído del cielo para llegar por la izquierda, enganchar hacia adentro y disparar abajo para vencer a Rogerio Ceni y poner a delirar todo Manizales y Colombia con el Once Caldas que de forma histórica se metía a la final del certamen más importante del continente. Pero la final no sería para nada fácil, ya que se enfrentaban contra el actual campeón, el Boca Juniors de Carlos Tévez, Amaranto Perea, Roberto Abbondanzieri, Guillermo B. Schelotto, Nicolás Burdisso, etc. El partido de ida jugado en la Bombonera, tuvo a un Boca arrollador intentando romper la muralla defensiva que había montado el Once de Manizales, pero de que forma milagrosa sacó el arco en cero después de desperdiciar goles increíbles los dirigidos por Carlos Bianchi. Al final, Caldas tuvo una opción clarísima de ganarlo con un tiro libre de costado por la derecha cobrado por el zurdo Elkin Soto, pero el palo le dijo que “no” al gol caldense que hubiera sido una hazaña histórica. Aún así fue empate sin goles, y en el partido de vuelta tuvo un llenazo monumental el Palogrande de Manizales con una fiesta colorida de 36 mil hinchas espaldando al Caldas y cerca de 700 aficionados de la parcialidad de Boca ubicados en la tribuna norte del estadio. El sueño copero estaba muy cerca, y Caldas empezaba a tocar el cielo a los 7 minutos, cuando John Viáfara sacó un derechazo de 30 mts al arco norte, imposible para el “Pato” Abbondanzieri. Un señor ¡GOLAZO! y Caldas era campeón bien tempranito. A partir de ahí, el equipo de Manizales intentó atacar en varias oportunidades pero se preocupaba más en la parte defensiva, en donde finalizaba el primer tiempo y los hinchas caldenses tuvieron mucha ansiedad de que comenzara la segunda parte. Al comienzo de la segunda parte fue un desaire feo para el local, ya que de un tiro libre de costado en la derecha dio fruto al empate xeneize, tras un centro y Burdisso que se levantó mas que todos para empalmar de golpe de cabeza y ponerla en un rincón imposible para el arquero Henao. 1-1 y el estadio se enmudecía con una final abierta y dramática. Elkin “El Sultan” Soto tendría una chance por el sector derecho, pero su disparo de pierna zurda después de un enganche hacia adentro, pasaba muy cerca del psote derecho defendido por el arquero argentino.
El partido finalizó y se definiría la Copa en penales, donde casi todo el mundo apostó por Boca por su considerable experiencia en este tipo de definiciones. Normalmente los equipos colombianos son débiles en las series de penales, aunque siempre se mantenía la esperanza. Y la cosa no empezó para nada bien. El primer penal fue para el local cobrado por su jugador más experimentado, Arnulfo Valentierra, donde cobró con mucha colocación y sin nada de potencia, atajando de manera fácil el siempre experimentado “Pato” Abbondanzieri. Schiavi cobraría el primer penal visitante, y lo mandaría a las nubes, reviviendo al equipo colombiano y volviendo al punto inicial de la serie. Elkin Soto cobró con mucha presión el segundo gol pero logró anotar, a pesar de la estirada del arquero donde casi rechaza el esférico. El segundo cobrador para Boca Juniors fue Raúl Cascini, que a pesar de su experiencia remató con mucha potencia, pero se lo pudo adivinar bien Juan Carlos Henao atajando el disparo con mucha jerarquía. La cosa se estaba pendiendo más clara para el Caldas, pero Wilmer Ortegón tampoco pudo aguantar la presión y tiró la pelota al medio para que volviera a sacar esa pelota Abbondanzieri casi arrodillado de nuevo. Y como para rematar y poner la definición mas emocionante, llegó al tercer cobro Nicolás Burdisso y lo erra tirando ese balón al horizontal. Para mí, Abbondanzieri era el mejor arquero del mundo en ese momento, pero no todo lo podía atajar el “Pato”, a pesar de la alegría que me daba ver al Caldas tan cerca de la Copa. Y efectivamente Abbondanzieri no pudo con el cuarto penal colombiano, cobrado por Jorge Agudelo (mas tarde saldria positivio en dopping). 2-0 y si Boca fallaba el cuarto penal, Caldas tocaría la gloria. Cángele también resultó un fiasco para el equipo argentino en los penales, y la atajada de Henao le dio al Once Caldas el título como campeón de América. Así como 15 años antes, Atlético Nacional ganaba de forma dramática la Copa Libertadores, Colombia recibía otra Libertadores más en una definición por penales de las más dramáticas de la historia. De la mano del campeón de la vida, el profesor Luis Fernando Montoya, Caldas logró lo inédito, lo impensado, ser campeón de América, a pesar de tener poca historia con 2 títulos colombianos en ese momento (ahora tiene 3). Esa fue la inolvidable noche, donde toda Manizales y Colombia fue testigo de la proeza más grande de un equipo humilde.