Un triunfo heróico con sabor a hiel

Los tiburones le pintaron la cara a los de Nacional en su propia casa.

Esta fábula (?) es de las más conocidas y recordadas, digamos que uno de los partidos más agónicos que el fútbol colombiano haya podido presenciar jamás. Nos remontamos al año 2004...
El 2004 fue un año medio atípico en el FPC. Por primera vez desde que salían dos campeones por año -desde el 2002- un mismo equipo llegaba ambas ocasiones a la final. Se trataba del Atlético Nacional, que para ese momento llevaba 5 años sin dar la vuelta, y para colmo la final pasada (que casualmente fue ante su acérrimo rival de patio, el Deportivo Independiente Medellín) la había perdido, lo que suponía una humillación pavorosa, una ignominia trágica. Junior había estado cerca de campeonar en el 2003, cuando perdió la final del primer semestre ante Once Caldas (que al año fue campeón de Copa Libertadores). Desde 1995 no lograba un título y ya la hinchada no quería esperar más. Verdolagas y tiburones se cruzaron en la final del 2004-II. Como era apenas obvio, el equipo paisa tenía todas las de ganar, era el claro favorito para aplastar al equipo costeño; no sería tanto así. El encuentro de ida, jugado el miércoles 15 de diciembre en un Metropolitano de Barranquilla a reventar, cerca de 60.000 aficionados fueron a ver al tiburón que digamos que jugó solo: el verde no se encontró en la cancha y se los pasaron bien por el orto: 3-0 ganaría Junior. Nacional cerraba la final en casa y tendría la clara oportunidad de remontar y obtener su octava estrella. Domingo 19 de diciembre, la fiesta estaba armada para lo que se esperaba fuera un milagro. Un Atanasio Girardot repleto. Tres hechos curiosos: ese día el Junior jugó con una indumentaria bastante extraña, de un color amarillo oro y pantaloneta negra (ver foto), en vez de la vestimenta de siempre. Lo segundo fue que, digamos que en joda, la tribuna oriental desplegó la gigantesca bandera de la barra-brava verdolaga en el momento que le tomaban la foto reglamentaria a los jugadores del Junior. La foto quedó para la posteridad, una bizarra estampa. El último detalle fue que para el partido de vuelta fue tanta la expectativa que se creó que hubo falsificación de las boletas. El aforo del Atanasio en ese momento era de 51.500, entraron más de 55.000 personas. El partido comenzaría con un Nacional atacando como loco, tratando de meter los cuatro goles que necesitaba para pasar a ganar la serie, pero los tiburones no encontraban como evacuar la estampida. Rozando los 10 minutos de juego un centro finamente colocado por el veneco Jorge Rojas fue cabeceado por Edixon Perea poniendo el 1-0, el gol se gritó como nunca. Junior seguía sin saber que hacer, la estrategia dispuesta por el DT visitante (Miguel Angel El Zurdo López) de esperar y contraatacar no funcionaba. 25 minutos de vibrante juego y un balazo lanzado por el jugador Aquivaldo Mosquera (hoy en el Sevilla de España) entró y puso el 2-0. La hazaña cada vez se hacía más factible. Leonardo Rojano, amonestado, salió, dandole paso a Emerson El Piojo Acuña. El jugador saliente no gustó para nada de la decisión del entrenador, pero solo El Piojo calmaría de momento la marejada verde. Tiro libre para Junior, dispara Omar Pérez (hoy en el DIM), desviaba Alvear y el rechoncho (?) Martín El Torito de Becerril Arzuaga remató a placer venciendo el arco de Milton Patiño (hoy en el Pasto). 2-1 y resquebrajó al equipo, y en la tribuna el desconcierto reinaba. Con los nervios de punta, acaba el primer tiempo... ya la hazaña se hacía lejana. Nacional debía meter 3 goles más para empatar la serie e ir a los penales, y 4 si quería salir campeón de una vez. Tal como el primero comenzó el segundo, Nacional embistiendo, a matar o morir. Solo en 9' un contragolpe puso a funcionar a Patiño. El verde seguía en lo suyo y a los 14 minutos Aquivaldo Mosquera, de nuevo, se encontró un balón que zapateó al arco y puso el 3-1. De nuevo las esperanzas paisas renacían. Minuto 18, Carlos Díaz (aun en el conjunto verdolaga) saca un bombazo desde fuera del área y el delirio fue colectivo. 4-1 se empataba la serie y Junior nada que se metía en el partido. Ya los 55.000 verdolagas en el estadio gritaban Nacional Campeón (erróneamente) cuando aún estaban a un gol de lograrlo. Minuto 21, un error garrafal de Luis Fernández (arquero juniorista) le dejó servida la oportunidad a Triple H (no es joda) Héctor Hugo Hurtado para poner el 5-1 que dejaba a Nacional campeón. El éxtasis, el llanto, la emoción era indescriptible. Era una gesta, un hito, algo heróico, de no creer... se reportaron en la linea de atención hospitalaria de la ciudad cerca de 150 llamadas para pedir ambulancias gracias al shock del quinto gol verdolaga. En Barranquilla se mordían las pelotas por tan increíble hecho. "Dale Campeoooon, Dale Campeoooon" se oía en el Atanasio... pero faltaban unos hechos aún más increíbles. Minuto 45, dos de adición da el cuarto árbitro. La octava estrella verde era un hecho sin vuelta de hoja... pero un error casi criminal del cancerbero Milton Patiño al dejar una bola suelta, que el argentino Walter Ribonetto (que había entrado en el segundo tiempo) cabecea como puede y pone el 5-2. Se empataba de nuevo la serie y en el estadio verde reinó el silencio y las lágrimas. Así acabó el partido. Cobros desde el punto del penal y muchos corazones allá y acá se desprendían. La tanda la inició el local. Cobra Humberto Mendoza, una patada insacable. 1-0. Cobra ahora Junior... Omar Pérez sin despeinarse pone el 1-1. Aquivaldo Mosquera la pone duro, rasante a la derecha, entra el balón. 2-1. Emerson Acuña patea ahora por los visitantes, sin despeinarse mete el 2-2. El venezolano Jorge Rojas ahora pateaba, comodamente la pone. 3-2. Ahora es el turno de Francisco Alvear... anota y deja el derrotero 3-3. Juan Carlos Ramírez había entrado en el segundo tiempo por Hugo Morales, no hizo mucho en la cancha y le correspondía patear. Se le notaron los nervios y se cagó en la serie, la puso suave a la derecha y el arquero la ataja facilmente. 3-3 siguió. Walter Ribonetto, verdugo en dos ocasiones, anota y pone 3-4 a favor del tiburón. Le corresponde el cobro a Oswaldo Mackenzie, tiene un gran peso sobre su espalda, pero anota y pone el 4-4. El quinto cobro, el definitivo, el de la sentencia, era Martín Arzuaga. Milton Patiño debía ahora disfrazarse de ídolo, debía atajarlo o morir. Fue un fiasco, Martín le pegó suave a la izquierda y Milton cayó arrodillado como pidiendo perdón por el fallo. Fue el dolorosísimo 4-5 y Junior celebraba su quinto título. Fue un partido épico, ese día los jugadores verdolagas jugaron cada uno como con 5 huevos, pero Junior supo definir en los momentos precisos y campeonó. Despues de esa emotiva final, ese sombrío lunes 20 de diciembre Juan José Peláez dimite como técnico del verde y asume Santiago Escobar (ex-jugador del Nacional en 1986 y el hermano del asesinado Andrés Escobar), de la mano del Sachi Nacional clasificaría a la final del primer torneo del 2005 y aplastó al Santa Fe, logrando la octava. Junior desde eso no entra a cuadrangulares y hoy por hoy está ad-portas del descenso a segunda división. Pero aun hay un hecho significativo: desde aquel 19 de diciembre del 2004 Nacional no logra ganarle por torneos oficiales al Junior, han sido 9 enfrentamientos con 2 empates y 7 victorias costeñas.

5 Response to "Un triunfo heróico con sabor a hiel"

  1. Ribonetto, Arzuaga... despues vendrian para aca a Central...
    y mosquera que anda por Arsenal

    Anónimo says:

    excelente el post ahi es como dice el dicho "el que rie al ultimo rie mejor" muy bueno el blog croto y mosquera que sale ahi de los goles es aquivaldo no jossimar saludes.

    ah, ok... muchos mosquera por allá... me marean (?)
    saludo!

    Ese día no quería ir al estadio despues de ese 3-0 que nos clavaron en B/quilla, pero me convencieron y fué un sueño que casi se vuelve realidad faltando 2 minutos. Ah! que mierda, yo todavía no me explico como no salimos campeones despues de tremenda hazaña que hicimos.

    Tremenda final que nunca olvidaré.

    JCAMILOS says:

    Arzuaga y Ribonetto, un par de palabras para ustedes...la puta que los re mil parió!!!

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