Teófilo Stevenson
Cubano, altura 1,90 mts y con un peso 93 kilogramos, 10 caídas en más de 170 luchas y ganadas la gran mayoría todas antes del límite.
Poseedor de una derecha destructiva y eso que no es Joe Luis, ni Muhammed Alí o George Foreman... Ni Mike Tyson. Hablamos del más grande boxeador amateur del mundo: Teófilo Stevenson. Con 20 años de edad este joven originario de Puerto Padre, Las Tunas, debuta en sus primeros Juegos Olímpicos en Munich 72. En la ronda de Octavos de Final, Stevenson se enfrentó al gran favorito para la medalla de oro, el estadounidense Duane Bobick, con quien ya había perdido un año antes en los Panamericanos de Cali. El cubano cobró revancha sin complicaciones, pero lo que impresionó fue la fuerza de su golpe, su potencia y la forma de moverse sobre el ring, por más que sea un peso Pesado, fue por el oro y ganó. Terminaba el tercer round del combate por el oro en los Olímpicos de Moscú 80 y tan pronto sonó la campana el peleador soviético Pyotr Zaev tuvo su propio festejo, aunque sabía que la medalla no sería para él. Lo que el soviético festejaba era el histórico final del combate, ya que a él correspondía el honor de haber podido terminar de pie frente al avasallante número uno del olimpismo, terminando 4 puntos a 1. Y es que, tanto en Munich 72 como en Montreal 76, venció escalofriantemente por knockout a sus oponentes finales, que habían sido los rumanos Ion Alexe y Mircea Simon, respectivamente. Quizá Stevenson pasó su gran apuro olímpico en la Final de 1976, cuando Simon esquivó su inminente derrota a base de moverse mucho sobre el ring durante los primeros dos rounds. Así, el rumano lograba evadir los fuertes golpes del campeón, pero el golpe de gracia que caracterizaba a Stevenson encontraría el blanco acostumbrado. Y sucedió mucho antes de que acabara el combate: la fiesta acabó para el rumano y Stevenson ganó su segunda medalla olímpica. Sus atributos boxísticos no escaparon a la tentación de los más sagaces promotores del profesionalismo. Llegaron a ofrecerle cantidades extraordinarias de dólares para que abandonara el amateurismo, lo que implicaba abandonar la isla. En el cierre de Munich 72, trascendió que le ofrecieron a Stevenson 3 millones de dólares por un combate profesional, pero él, seca y orgullosamente dijo que prefería los 10 millones de aplausos de la gente de su país. Como recompensa a su entrega deportiva y fervor patriótico, el gobierno de Fidel Castro siempre le concedió una serie de privilegios. Por desacuerdos sobre el número de rounds y el lugar, nunca pudo montarse el anhelado combate entre Stevenson y el otro astro del boxeo mundial, el estadounidense Muhammad Alí. Actualmente, Stevenson aún tiene su popularidad de antaño y trabaja como funcionario de la federación de boxeo de Cuba. En Moscú 80, el cubano ganó su tercera medalla dorada en Juegos Olímpicos, convirtiéndose en el segundo boxeador del mundo en lograr esta hazaña, pero el primero en una misma división. Pudo haber conquistado su cuarto oro, pero el boicot de los países de la órbita socialista a Los Ángeles 1984 puso un alto final en su carrera boxística.
Hola, acá paso a devolverte la visita, muy bueno el blog, gran laburo de investigación. Saludos y exitos desde Universo Retro.
Buena historia, no habia escuchado nunca de este man, saludos...